Un innovador es un observador muy intenso. Sus observaciones implican múltiples sentidos y son fruto de interesantes preguntas. Al observar, un innovador comienza a establecer conexiones entre datos aparentemente no relacionados, lo que les ayuda a generar inusuales ideas empresariales.
Ellos se dedican a observar el funcionamiento de las cosas y cómo las personas de distintos entornos encuentran maneras diferentes de resolver un problema.
Un buen observador obtiene nuevas ideas de negocio, mirando cómo las personas interactúan con productos y servicios. Para ello se enfoca en las personas, procesos, empresas o tecnología, buscando soluciones que puedan aplicarse en un contexto distinto.
La manera más sencilla de desarrollar ideas de potenciales nuevos productos o servicios, es observar a las personas cuando tratan de hacer un trabajo. Sin embargo, la mayoría de los ejecutivos dedica poco tiempo a esta simple tarea.
Si quieres observar con una mirada innovadora, tienes que comenzar haciéndote dos preguntas: ¿Qué es lo más sorprendente de lo que estás mirando? ¿En qué se diferencia de lo que esperabas encontrar? Ser capaz de identificar sorpresas o anomalías inesperadas, puede ser la clave para desbloquear la puerta que conduce a la innovación.
La innovación comienza por los ojos, pero no termina ahí. Cuantos más sentidos implicamos para experimentar el mundo, más vemos y recordamos. Por consiguiente, las sorpresas también se encuentran escuchando, saboreando, tocando y oliendo algo sorprendente.
Es más fácil descubrir nuevas ideas cuando entramos en un nuevo entorno, ya que cuando tratamos de entender lo diferente, somos mucho más propensos a observar con atención lo que ocurre a nuestro alrededor. Pero no debemos olvidar que las nuevas ideas a menudo se encuentran en nuestro entorno, en las personas y lugares que mejor conocemos.
El problema es que a veces damos las cosas por sentadas y perdemos oportunidades de innovar. Todo el mundo mira, pero casi nadie ve. ¡Atrevámonos a sacar el piloto automático de nuestra vida cotidiana y dejemos a nuestro cerebro usar su capacidad creativa!