Por Andrés Luco.

Quieres cambiar el mundo, dar un salto en tu vida profesional, no tener jefe… las razones para decidirte a emprender son muy variadas.

Las formas de comenzar a concretarlo, también lo son: quieres hacer algo que te apasiona, tienes una idea de negocio más o menos clara o tienes una tecnología que te interesa comercializar.

Sin embargo, ser un emprendedor no es algo que se lleve en los genes. Para ser un emprendedor exitoso, requieres disciplina y aprendizaje.

Steve Jobs, Bill Gates o Mark Zuckerberg se convirtieron en emprendedores exitosos, no porque tienen algún gen especial, sino porque han creado productos y servicios innovadores, que les permitieron diferenciarse y alcanzar una ventaja sostenible.

La buena noticia, es que el proceso para crear productos y servicios innovadores, se puede y debe aprender.

Comencemos por señalar que la innovación es simplemente la comercialización de una invención. No está necesariamente asociada a la tecnología, sino que también a nuevos procesos y modelos de negocio.

Los emprendimientos basados en innovación aspiran a servir mercados globales. Usualmente requieren una inversión mayor y de más largo plazo que los emprendimientos tradicionales, pero en caso de ser exitosos, tienen un potencial de crecimiento enorme.

¿Quién es tu cliente?, ¿qué puedes hacer por él?, ¿cómo puede tu cliente adquirir tu producto?, ¿cómo consigues que tu producto genere dinero?, ¿cómo diseñas y construyes tu producto?, ¿cómo haces crecer y escalar tu negocio?

El aprendizaje que obtengas a partir de estas respuestas, es lo que te permitirá hacer que tu negocio innovador sea sustentable.