Los innovadores están constantemente haciendo pruebas piloto y creando prototipos. Pero, a diferencia de los científicos, su laboratorio es el mundo. La experimentación les aporta información clave sobre cómo pueden funcionar sus ideas en la práctica y los ayuda a perfilar revolucionarios modelos de negocio.

Para encender la llama de las nuevas ideas, los innovadores utilizan tres formas de experimentación de manera integrada y conjunta. Probar nuevas experiencias a través de la exploración, desmontar cosas ya sea física o intelectualmente, y materializar una idea a través de pruebas piloto o prototipos.

El cuestionamiento, la observación y el desarrollo de redes, son excelentes habilidades para conseguir información sobre el pasado y el presente. Sin embargo, la experimentación es la mejor técnica para generar información de lo que puede funcionar en el futuro.

Si quieres ser un innovador, tienes que abrirte a probar experiencias nuevas en entornos diferentes. Para estimular tu creatividad, puedes vivir en un país diferente, trabajar en un sector distinto y aprender nuevas habilidades.

A los experimentadores les apasiona desmontar productos, procesos e ideas, para entender cómo funcionan. En este proceso se plantean una serie de preguntas, que a menudo desencadenan nuevas ideas sobre cómo las cosas podrían funcionar mejor.

Los innovadores entienden y aceptan que la mayor parte de sus experimentos no resulten como esperaban, pero saben que éstos constituyen una gran oportunidad para buscar nueva información, que en última instancia les lleve a conseguir el éxito.

De todos modos, si quieres reducir los tiempos y costos de experimentación, tienes que comenzar por plantearte preguntas importantes, observar situaciones relevantes y hablar con gran variedad de personas. Así, tus experimentos estarán mejor diseñados, para generar la información que te lleve a convertir tus ideas, en un innovador modelo de negocio.

Por Andrés Luco.