En la economía global, una estrategia de marketing coherente es fundamental. Frente a esto, un primer paso ineludible es segmentar nuestros productos y servicios en función de un determinado target, o público objetivo porque, de esta forma, rentabilizaremos al máximo nuestra inversión. En este artículo te explicaremos, con casos prácticos, por qué es tan importante segmentar nuestro mercado objetivo para aumentar las ventas.
Por qué es tan importante la segmentación
Hay que recordar que estamos en una economía que, por definición, es competitiva. Esto implica que no nos podemos permitir malgastar nuestros recursos porque, si hacemos eso, tendremos una desventaja con respecto a los demás operadores. Por lo tanto, no nos interesa centrar esfuerzos en un público con el que no vamos a tener ninguna conversión de los leads en ventas.
En consecuencia, hay un coste de oportunidades si no se aplica la segmentación. Lo cierto es que hoy solo determinados negocios, como los grandes almacenes o las tiendas rurales pueden permitirse, hasta cierto punto, no aplicar estas técnicas.
Consejos y beneficios de la segmentación
Por lo tanto, una vez que estés en marcha, has de saber que la segmentación aumenta el número de interacciones de calidad con aquellos clientes que te interesan, ya sea a través de Internet u otros medios publicitarios. Por este motivo, es una de las técnicas de marketing más seguidas.
Estos son algunos consejos para que te sea más fácil implementarla:
1. Identifica los distintos segmentos
En primer lugar, conviene identificar cuáles son los principales segmentos de público a los cuales te puedes dirigir. Para ello, has de tener en cuenta diferentes variables que pueden estar o no superpuestas. La primera es la ubicación geográfica. Otro elemento fundamental es la edad. El género también puede ser un aspecto importante, sobre todo en determinados productos. Y, finalmente, habría que definir el nivel socioeconómico.
Con estas variables claras se puede segmentar el público objetivo al cual se van a dirigir las campañas, de modo que según los productos o servicios ofrecidos, el contenido le llegue a las personas indicadas.
2. Comprueba las potencialidades de cada segmento
Las potencialidades de cada segmento determinarán a dónde nos vamos a dirigir, pero en ningún caso esa selección debería disociarse de las propias características de nuestro producto o servicio. Además, no hay que olvidar cuál es la masa crítica del ámbito geográfico en el cual actuaremos. Por ejemplo, una camiseta juvenil económica estará asociada a un público joven y de ingresos promedio, mientras que un perfume costoso será para un público objetivo más maduro y de mayores ingresos.
3. Propón unas acciones sistemáticas
Una vez que hayas analizado los distintos segmentos de población y que te hayas decidido por uno, tienes que planificar las acciones sistemáticas que se deben llevar a cabo para atraerlo. Esta información debería estar incluida en el Plan de Empresa cuando un negocio está comenzando, así se podrán consultar puntualmente y realizar las variaciones que procedan.
La segmentación se ha convertido en un elemento básico de la planificación empresarial y, aunque siempre se hizo de forma más o menos explícita, hoy se ha convertido en un lugar común. Te recomendamos que seas consciente de lo importante que es para que la realices desde el primer momento.