Tiempos de crisis
Se dice mucho que las crisis son momentos para aprender, para cambiar; que nos ponen a prueba y nos transformamos, para pasar a ser mejores. Dicen, también, que en tiempos de crisis algunos lloran y otros venden pañuelos.
Ahora, si es tan cierto que las crisis, incluidas las crisis económicas, son oportunidades, ¿cómo y por qué es que algunas organizaciones empresariales no sobreviven a las mismas? Más aún, ¿por qué algunas organizaciones no sobreviven a sus propias crisis empresariales?
Porque así como las personas atravesamos por momentos difíciles, las empresas también, sean razones externas (crisis económicas, cambios en el mercado, conflictos políticos o bélicos, desastres naturales) o por razones internas (desgaste, agotamiento, falta de innovación, alta rotación de personal, mal manejo).
Ahora, saber por qué no sobreviven algunos a la crisis empresarial es importante, para prepararnos y, como dice el proverbio, poner las barbas en remojo, antes de comenzar a arder.
El largo camino de las crisis empresariales
Salvo casos extremos, como un incendio o una explosión, las crisis no ocurren sin anunciarse. Incluso, algunos desastres naturales hasta pueden saberse con cierto tiempo de anticipación, como los huracanes y las erupciones de los volcanes, acerca de los cuales nos advierten los servicios meteorológicos.
Por otra parte, tampoco una catástrofe natural tiene por qué significar la interrupción total y permanente de la actividad de una organización empresarial. En cualquier caso, se presume que los activos deberían estar asegurados, que hay planes de contingencia…
En fin, el punto es que, como tantas crisis en la vida, comenzando por las rupturas de pareja, las crisis empresariales son el resultado de una larga cadena de situaciones y hechos que se van acumulando, haciendo que el asunto parezca más bien el título de una novela de Gabriel García Márquez: Crónica de una muerte anunciada.
Así que hay tiempo para empezar a curarse en salud, cuando se adviertan síntomas de que puede advenir una crisis. Dicen que una guerra anunciada no mata soldado, y si lo mata es por descuidado. Así que una crisis empresarial no debería tomarnos desprevenidos, ya que comienza a anunciarse en algunos signos, a los que hay que prestar atención.
Causas de las crisis empresariales
Lo más común es pensar que las crisis empresariales son producidas por malos manejos financieros, desfalcos, desvíos de fondos. Sí, es cierto; hay algunas crisis empresariales que ocurren por ello. Pero también es cierto que para que una persona desvíe los fondos de una empresa, hasta el punto de lograr su colapso, debe pasar cierto tiempo. No es una cosa que ocurre de la noche a la mañana y que no deja rastros. Si hay una buena gerencia, se debería notar que algo está pasando; habría que ser muy descuidado, como para permitir que la sangre llegue al río.
Adicionalmente, hay otras causas por las cuales se generan las crisis empresariales. Ya hemos mencionado una: la económica. Una crisis económica generalizada en un país trae ciertas repercusiones que pueden afectar a la empresa en diversos aspectos: problemas en el flujo de suministros; fuga de talentos y personal capacitado; servicios públicos deficitarios (electricidad, agua); entre otros. Y aún así, una crisis económica en un país, por grave que sea, no ocurre de la noche a la mañana. Hay también tiempo para tomar medidas ante la misma.
En tercer lugar, como factor externo a la organización, la crisis empresarial puede presentarse como una respuesta deficitaria al mercado. Es posible que se trate de una empresa financieramente bien manejada y administrada, pero se enfrenta a fuertes competidores, en un mercado maduro; la empresa puede estar mal posicionada, en situación desventajosa en cuanto a precios, calidad.
Por último, en cuanto a factores inherentes a la propia organización, tenemos:
- poca rentabilidad
- tecnología obsoleta
- procesos inadecuados
- mala administración
- gastos superfluos
Se pueden prevenir las crisis empresariales
No es una pregunta, es una afirmación. Como hemos podido ver, todos estos factores relacionados con una crisis empresarial, incluso los naturales (desastres) y sobre todo los coyunturales (económicas), actúan de un modo gradual; inciden en el funcionamiento de la empresa y la afectan, pero no significan quiebra, al menos no ipso facto.
Claro, no podemos controlar el clima, ni la economía del país o el mercado, ni el comportamiento de los consumidores. Solo podemos controlar lo que hacemos. Así como actuamos o debemos actuar los humanos. Tomamos precauciones para evitar accidentes; y si estos ocurren, podemos reaccionar contingentemente, con la cabeza fría, para buscar las soluciones, evitando males mayores.
Y si se puede diseñar un plan de contingencia para enfrentar la crisis económica o una situación externa y evitar ser afectados en demasía por las mismas; con más razón se pueden prevenir las peores consecuencias que puede acarrear una crisis empresarial, que es el cierre. No se trata de poner paños tibios o colocar un recipiente para recoger el agua de las goteras del techo. Hay que atacar los problemas desde la raíz.
Se pueden solventar las crisis empresariales
Como siempre, veamos cuáles son las causas y convirtamos un problema en un objetivo y en una solución; si se trata de productos o servicios no rentables: hay que hacer análisis de costo, para saber cuánto aporta una determinada línea y si lo más rentable es aumentar la producción para aumentar la cantidad en ventas, o bien reducir esa línea o, simplemente, no darle continuidad.
Si la tecnología es obsoleta, entonces hay que hacer inversión para sustituir, parcial o totalmente, equipos en áreas puntuales, siempre y cuando se estudie y analice la viabilidad y rentabilidad de dicha renovación. Así, para cada quien, su cada cual: a procesos inadecuados, mejora y reingeniería de procesos; a mal manejo administrativo, por desbalance de pagos, faltas de fondos, malos cálculos de costos y precios, hay que hacer reajustes.
Cuando comienzan las crisis, algunos actuamos como la rana en la olla de agua que comienza a hervir: nos quedamos inmóviles, sabiendo que algo va a pasar pero creyendo que no podemos hacer nada. Entonces, respondemos nuestra pregunta inicial: ¿por qué algunas empresas no sobreviven a las crisis? Porque nadie hizo nada a tiempo para evitarlo.
Así, que una vez respondido esto, es hora de comenzar a preguntarnos también: ¿estamos claros de cómo funciona todo en nuestra empresa? ¿Tomamos las medidas necesarias cuando advertimos que algo no va bien? ¿Nos va a tomar por sorpresa una crisis empresarial? ¿Sobreviviremos a esta crisis? Estamos seguros de que así será.
Para saber más:
– 5 señales que indican que tu empresa está en crisis
– Aprende a ver la oportunidad en la desaceleración económica