Tendencias en el marketing actual
Nos encontramos con otra vuelta de tuerca, que es el neuromarketing, una tendencia que considera aquellos aspectos que existen dentro del consumidor; aunque el neuromarketing no significa abandonar del todo la visión de las seis C, por lo menos en lo que al conocimiento del consumidor y su cultura se refiere.
En el marketing tradicional, según nos decían, había que prestar particular atención a las cuatro P, de las que habló alguna vez hace unos sesenta años Jerome McCarthy. Estas cuatro P son: Producto, Precio, Punto de venta y Promoción.
Luego nos hablaron de las seis C: Consumidor/Cliente, Consistencia, Creatividad, Cultura, Comunicación, Cambio.
El mundo se ha reinventado,con la llegada de las nuevas y revolicionarias tecnologías.
Sin embargo, esto va un paso más allá de las seis C y está a unos años luz de las cuatro P. En este artículo conoceremos todo lo que neuromarketing ofrece.
¿Qué es el neuromarketing?
El neuromarketing no es solo una moda, es una disciplina que usa técnicas de las neurociencias para entender cómo pensamos y sentimos cuando interactuamos con productos o servicios. También busca entender la conexión emocional y la afinidad que los consumidores sienten hacia una marca.
El objetivo principal es encontrar la mejor forma de conectar con las personas, creando estrategias que comuniquen los valores de la marca y construyan una relación fuerte entre esta y el cliente.
Es importante aclarar que el neuromarketing no trata de “manipular la mente” de las personas. Más bien, ayuda a las empresas a entender mejor a su público, lo que permite mejorar las estrategias de venta y ofrecer experiencias más positivas y satisfactorias para los consumidores.
Elementos del neuromarketing
El neuromarketing se enfoca en entender cómo funciona nuestra mente para captar nuestra atención y generar recuerdos. Por eso, usa conceptos relacionados con la psicología:
- Atención: Es la habilidad de enfocarnos en lo que nos parece importante y dejar de lado el resto. Por ejemplo, si estamos viendo televisión y escuchamos un ruido en la puerta, dejamos de prestar atención a la tele y nos concentramos en el ruido. Sin captar la atención del consumidor, es imposible avanzar.
- Percepción: Está conectada con la atención porque solo percibimos lo que logramos notar. Es como un filtro: primero prestamos atención y luego identificamos qué es. Por ejemplo, escucho un ruido, miro y veo que es un pájaro, y lo reconozco como un gorrión por su aspecto o su canto.
- Emoción: Si las aves me gustan, ese momento me genera una emoción positiva. Esto hace que lo recuerde más fácilmente, especialmente si me hace pensar en un recuerdo especial o significativo.
- Memoria: Si el momento fue importante, lo recordaré por mucho tiempo y tal vez se lo cuente a alguien más, incluyendo cómo me sentí y qué significó para mí.
El neuromarketing usa estos pasos: captar la atención, provocar emociones y crear recuerdos, para influir en nuestras decisiones.
¿Como funciona el neuromarketing?
Llevado a la disciplina, esto funciona así: escucho en la televisión un mensaje publicitario (la música atrae la atención), veo el televisor y dejo de mirar el teléfono; noto que es un vehículo de último modelo (color y diseño mantienen la atención); percibo a unas personas (pareja) viajando en un vehículo por una carretera solitaria; de inmediato sé que es una publicidad de una marca de vehículo (imagen); sin embargo, sigo atendiendo, porque hay varios elementos emocionales allí: por ejemplo, la emoción de viajar, el compartir, lo hermoso del paisaje.
Lo interesante está en el hecho de que esas personas se aventuran solas en ese vehículo, por ese paraje, porque tienen confianza en la marca. La idea de confianza (valor de la marca) ha sido introducida a partir de contenidos dentro del mensaje: emoción de viajar y afecto de pareja. Esto es lo que se conoce como insight del consumidor, dentro del neuromarketing (en otro momento hablaremos de este concepto).
Ejemplos de neuromarketing
Pero esta no es la única forma donde el neuromarketing actua, tomando en cuenta las emociones de los consumidores. De hecho desde antaño el neuromarketing siempre ha estado presente entre nosotros.
Por ejemplo, en el precio: aunque desde el punto de vista práctico es lo mismo que el producto cueste 1,99 o que cueste 2,00, desde las emociones, no es así. El precio aparentemente menor dispara en nuestra mente la idea de ahorrar.
Hay muchos otros ejemplos de neuromarketing en la práctica: La iluminación cenital de los productos por ejemplo (existente en teatros), haciendo que el producto parezca más interesante y generando un deseo de sobresalir, al vincularnos con el producto; hasta la ubicación del producto en el anaquel juega un papel importante.
El neuromarketing demuestra algo importante entonces: sin motivación y emoción, no hay acción.